lunes, octubre 1

Introduccion libro Dadirri

DADIRRI. La fuente en nuestro interior

\Ngan´gikurunggurr significa " sonido de aguas profundas" y es el nombre de la tribu de mi madre. La palabra la podemos dividir en tres partes. Ngan´gi significa palabra o sonido, kuri significa agua y gur significa profunda. Entonces la palabra significa "sonidos de aguas profundas" o "sonido de lo profundo". Este libro es acerca de grabar en nuestro interior las fuentes profundas.


Muchos Australianos entienden que los aborígenes tienen respeto por la naturaleza. La identidad que tenemos por la tierra es sagrada y única. Muchas personas están comenzando a entender esto mejor. También hay muchos Australianos que aprecian el que los aborígenes tienen un fuerte sentido de comunidad. Todas las personas importan. Todos nosotros pertenecemos y hay muchos más australianos quienes entienden que somos personas que celebramos juntas.


Lo que quiero hacerles conocer es acerca de otra cualidad especial de mi gente que yo creo que es más importante. Es nuestro mayor único regalo. Es quizás el mayor regalo que podríamos dar a nuestros prójimos los australianos. En nuestra lengua es la cualidad llamada dadirri.


Está dentro en una escucha profunda y tranquila, todavía consciente.


Dadirri reconoce la profundidad que nace en nuestro interior. Nosotros la llamamos y ella nos llama a nosotros. Este es el regalo que Australia está esperando. Es algo como lo que vosotros llamáis contemplación.


Cuando yo experimento Dadirri soy creada toda, otra vez de nuevo. Puedo sentarme en la rivera del río o pasear entre los árboles. Incluso si alguien cercano ha muerto puedo encontrar paz en esta silenciosa conciencia. No hay necesidad de palabras. Una gran parte de dadirri es escuchar. A lo largo de los años, hemos escuchado nuestras historias. Han sido dichas y contadas, una y otra vez, a lo largo de las estaciones. Hoy, nosotros todavía nos reunimos alrededor de las fogatas y juntos escuchamos las historias sagradas.


Conforme envejecemos, nos convertimos nosotros mismos en contadores de historias. Las trasmitimos a todos los jóvenes porque ellos deben saberlas. Las historias y cantos se hunden profundamente en nuestras mentes y las mantenemos. En las ceremonias celebramos el conocimiento de nuestras vidas como sagrados. Tomamos parte en las ceremonias. Me encanta ver los cuerpos pintados y a los que danzan. Me gusta el sonido de los digeridoos y el sonido del golpe de los palos. Nunca me encuentro sola en las ceremonias. A veces en un corroboree, antes de que la danza haya empezado, nos sentamos y escuchamos como el canto de los hombres o de las mujeres empieza la historia. Todos están relajados. Nos encontramos seguros y felices. Estamos juntos, es bueno.


Buscamos comida de bosque y esperamos que madure antes de que la recogemos. Esperamos a que nuestros jóvenes crezcan paso a paso, a través de sus ceremonias de iniciación. Cuando una relación muere, estamos mucho tiempo con tristeza. Nuestras penas nos pertenecen y dejamos sanarlas lentamente.


Esperamos el tiempo correcto para nuestras ceremonias y reuniones. El tiempo oportuno debe ser el presente. Todo debe ser hecho del modo correcto. Se deben hacer cuidadosas preparaciones. No nos importa esperar porque nos gusta que las cosas sean hechas con cuidado. A veces se deben gastar horas preparando el cuerpo antes de una ceremonia importante.


No nos gustan correr. No hay nada más urgente que lo que estamos asistiendo. Y no hay nada más urgente por lo que debamos correr.


Somos gente de río. No podemos darle prisa al río. Necesitamos movernos con la corriente y entender sus caminos.


Esperamos que los Australianos nos esperará. No tanto por nosotros sino con nosotros para que encontremos nuestro camino en el mundo.


Mi pueblo está acostumbrado a la lucha de la larga espera. Todavía esperamos que los blancos nos entiendan mejor. Nosotros tuvimos que gastar muchos años escuchando acerca de los caminos de los hombres blancos. Algo del aprendizaje fue forzado, pero en muchos casos la gente intentó durante mucho tiempo aprender nuevas formas.


Hemos aprendido hablar el lenguaje de los blancos. Hemos oído lo que el tenía que decir. Este aprender y escuchar debería ir hacia ambos lados. Nos gustaría que los australianos tomaran tiempo para escucharnos. Esperamos que la gente se aproxime. Nos mantenemos en anhelo por las cosas que siempre hemos anhelado- respeto y entendimiento.


Nunca me canso de volver al bosque. Mis familiares me han contado acerca de los orígenes de estos lugares. Estas historias de mis antecesores tiene un sentido real para mí. Aprendí acerca de pistas comerciales, el rastro que las tribus vecinas solían seguir, el sitio de nuestros lugares ceremoniales. Todos estos lugares significan mucho para mí. es parte de mí. Todo el bosque es parte de mi vida.


Nací debajo de un árbol. Mi madre me mostró el lugar. Me enseñó donde solía jugar y donde buscaría miel silvestre. El sentimiento que tengo por estos lugares es especial. El lugar donde yo nací- soy yo.


Estar tranquilo trae paz - y ello trae entendimiento. Cuando nosotros realmente estamos tranquilos en el bosque nos concentramos. Somos conscientes de los hormigueros, las tortugas y los nenúfares. Nuestra cultura es diferente. Pedimos a nuestros compañeros australianos tiempo para conocernos.


Creo que es tan duro que no solo es dos veces duro, sino cuatro veces duro, para un aborigen alcanzar algo en nuestro país.


La vida es dura para nuestra gente. Cosas buenas y malas vinieron con los años de contacto- y con los años siguientes. La gente a menudo absorbe las cosas malas y no las buenas. Fue más fácil hacer las cosas malas que intentar un poco más duro alcanzar lo que ellos realmente esperaban.


Creo que es algo como un torbellino. Nosotros pudimos meternos en él pero después salimos magullados. Pensamos "lo crucé" "lo hice".


Algunos quedaron atrapados, se engancharon. Podían sentirse atrapados o salir, podrían suicidarse. De alguna manera mi gente esta yendo a través de este torbellino todo el tiempo. Entonces nos preguntamos que nuestro conciudadano vendrá escuchará, aprenderá y nos esperará. Esto nos da valor y aligera nuestras cargas.


Sabemos que nuestros hermanos y hermanas blancos en esta tierra, ellos mismos llevan sus problemas particulares. Creemos que si nos permiten llegar a ellos - si ellos abren sus mentes y sus corazones a nosotros- podemos aligerar sus cargas- Hay una lucha para nosotros; creo que no hemos perdido nuestro espíritu de dadirri. Es el modo que nosotros soportamos y renovamos nuestro interior.


Me gustaría terminar esto diciendo que hay profundas fuentes dentro en cada uno de nosotros. Dentro esta profunda fuente, la que es el verdadero espíritu de Dios, es un sonido. El sonido de la profundidad llamando a la profundidad. El sonido de la palabra - Jesús.


Y yo creo que el espíritu dadirri que nosotros tenemos que ofrecer florecerá y crecerá, no solo dentro de nosotros mismos, sino dentro de toda nuestra nación.



Miriam-Rose Ungunmerr

Nauiyu, 2003.


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